Las expectativas cuando sales de la universidad están por las nubes. Pero, claro está, eso no siempre es suficiente, porque a pesar de la gran inversión que han significado los cinco años o más de preparación no toda está dicho a la hora de enfrentarte al mundo laboral.
Cuando tuviste que realizar tu práctica profesional pudiste ver, en una medida mínima, como se venía la mano en el mundo real. Este proceso claramente no es la mejor experiencia muchas veces, ya que las tareas encomendadas no eran más que burocracia: papeles, permisos, trámites. De acción, poco y nada.
Ya en la calle crees que el mundo está en tu contra y que te enfrentas a un monstruo de siete cabezas, a pesar que en tu primer “trabajo” quedaron las puertas abiertas y tus ahora colegas, te invitaron a hacer todas las preguntas que quisieras.
La autoestima por los cielos y crees, a pesar de lo anterior, que ningún trabajo está a tu altura, todos son lo mismo sin ningún desafío por delante. Ni tampoco consigues salario que corresponde.
Pero ponte en los zapatos de quien recibe tu currículum, que con razón duda, ya que no tienes la experiencia para hacerte cargo de un proyecto. Esta persona recibe cientos de informes de los postulantes y sólo tiene que elegir a quien tenga la experiencia suficiente y ese no eres tú.
¿Necesitas ayuda? José Miguel Peña Virgili, un reconocido arquitecto de la región del Biobío quiso compartirnos algunas alternativas para superar la prueba de conseguir el primer empleo como los arquitectos de tomo y lomo que son.
1. Precisión ante todo
Siempre cometemos el error de redundar en los detalles en nuestra primera carta de presentación. Entonces, uno de los elementos que debes considerar en este proceso es que debes ser específico, preciso, al momento de presentarte. No hay necesidad de detallar cada curso desarrollado, sino que dar cuenta de la experiencia adquirida y las capacidades con las que cuentas para ser parte del equipo al que postulas. Esto tiene que ver con saber qué es lo que quieres y las labores que esperas desarrollar. De esta forma podrás dar mayores luces a quien le hagas llegar tu currículum, así también a tus contactos que podrán ayudarte en este proceso.
2. Prepárate a enfrentar una larga cesantía
Claramente no sabes qué es buscar trabajo ni menos has estado en alguna entrevista de trabajo, esto es obvio porque recién estas rompiendo el cascarón.
Debes entender que nadie viene con un trabajo a la puerta de la casa, por lo tanto debes considerar algunas herramientas para enfrentarte a este proceso. Has de saber darte el tiempo para desarrollar estrategias que te permitan lograr tu objetivo.
Dale un tiempo importante a la preparación real de tu presentación y, junto con eso, considerar las respuestas que se vienen en la entrevista de trabajo que puede, claramente, poner fin a tu incipiente cesantía. De esta forma tendrás la seguridad de que el trabajo que buscas será tuyo.
3. Genera una red de contactos
No te quedes con eso de que no tienes a nadie que te dé un empujón. Siempre puede sonar a excusa o a queja en los momentos de mayor complejidad. Pero debes entender que una tarea fundamental es crear una red de contactos a la cual acudir en los momentos complejos y desesperantes.
Ahora, ¿cómo hacer para destacar?:
- Tus áreas de trabajos.
- Selecciona bien los destinatarios de tus currículums.
- Piensa bien las respuestas a los cuestionamientos que te puedan hacer.
- Revisa la redacción del currículum y tu carta de presentación, ya que esto es fundamental.
- Revisa tus respuestas a la entrevista y tu lenguaje verbal y no verbal.
¿Qué te parecieron estos consejos? Coméntanos.